Dos estudios publicados en este número de ANALES DE PEDIATRÍA analizan, en un hospital de Madrid, la experiencia sobre dos enfermedades poco frecuentes: las infecciones invasivas por estreptococo A (EGA)… Click to show full abstract
Dos estudios publicados en este número de ANALES DE PEDIATRÍA analizan, en un hospital de Madrid, la experiencia sobre dos enfermedades poco frecuentes: las infecciones invasivas por estreptococo A (EGA) y la enfermedad meningocócica invasora (EMI). Ambas (aunque la EMI con mayor frecuencia) pueden acabar en shock, disfunción multiorgánica e incluso la muerte del paciente. El shock tóxico estreptocócico (SSTE), la forma más grave de las infecciones invasivas por EGA, está mediado por exotoxinas bacterianas que actúan como superantígenos y desencadenan una avalancha de citoquinas responsable del cuadro. Por el contrario, la meningococemia fulminante es un shock endotóxico. En ambas entidades es crucial el diagnóstico precoz, pero más allá de esto y de la gravedad, pocas cosas más comparten. De hecho, el enfoque de una y otra es diferente. Así, mientras en las enfermedades invasivas por EGA la única prevención posible es la vigilancia, y quizá la quimioprofilaxis de los contactos domiciliarios de un paciente, en el caso de la EMI la disponibilidad de vacunas frente al meningococo hace posible una prevención eficaz. Aunque la incidencia de las infecciones invasivas por EGA (artritis, neumonía, fascitis necrosante, sepsis y SSTE) en los países desarrollados es baja, entre 2 y 4 casos/ 100.000 personas, en los últimos años parece estar detectándose un aumento, como el propio estudio de ANALES DE PEDIATRÍA señala. Otro hospital de Barcelona también ha analizado recientemente su experiencia sobre las infecciones invasivas por EGA. Como en otros países industrializados, la mortalidad
               
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