Hemos leído con interés el estudio realizado por Miró et al. sobre los conocimientos y la percepción de soporte a la enfermedad en los pacientes con insuficiencia cardiaca1. El trabajo… Click to show full abstract
Hemos leído con interés el estudio realizado por Miró et al. sobre los conocimientos y la percepción de soporte a la enfermedad en los pacientes con insuficiencia cardiaca1. El trabajo aporta información novedosa sobre aspectos poco estudiados, como son la conciencia de enfermedad por parte de los propios pacientes, y la influencia en el pronóstico en función del seguimiento realizado. Sin embargo, hay algunos aspectos que merecen un comentario. En primer lugar, destaca la exclusión de determinados pacientes. Se excluyeron 135 (11,75%) pacientes por fallecimiento previo a la encuesta, que se realizó entre 3 y 6 meses tras la inclusión del paciente. Dicha mortalidad está en consonancia con la descrita para el total de la cohorte, 9,4% al mes y 29,4% al año2. No obstante, la salud autopercibida es un indicador de salud ampliamente utilizado. Opinamos que su valoración a la inclusión del paciente, y no en el seguimiento, podría ayudar en la estratificación del riesgo, que es una de las principales líneas de investigación a desarrollar en el campo de la insuficiencia cardíaca aguda (ICA)3. También se excluyeron 179 (15,6%) pacientes por presentar ICA de inicio. Consideramos que este subgrupo de pacientes puede tener un perfil clínico distinto y un seguimiento inicial diferente, pero no por ello es menos relevante conocer su percepción de enfermedad y seguimiento. En segundo lugar, el seguimiento de los pacientes con ICA es complejo y heterogéneo4. Muchos de estos pacientes tienen visitas con múltiples especialistas de forma solapada (p. ej., médico de familia, cardiólogo, geriatra), e incluso realizan el seguimiento en unidades asistenciales monográficas. Esta última estrategia ya ha demostrado reducir los
               
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