He leı́do con gran interés el artı́culo de Ladeiras-Lopes et al. titulado «El cociente entre la grasa abdominal visceral y la subcutánea evaluado por tomografı́a computarizada es un predictor independiente… Click to show full abstract
He leı́do con gran interés el artı́culo de Ladeiras-Lopes et al. titulado «El cociente entre la grasa abdominal visceral y la subcutánea evaluado por tomografı́a computarizada es un predictor independiente de mortalidad y eventos cardiacos». Los investigadores indican que el cociente entre el tejido adiposo visceral y el tejido adiposo subcutáneo predice la muerte y los eventos cardiacos, con independencia de los factores de riesgo cardiovascular, el calcio arterial coronario y la presencia de enfermedad coronaria. El tejido adiposo epicárdico (TAE) se define como el tejido adiposo existente entre el pericardio visceral y el borde externo del miocardio. El TAE no es solo una unidad pasiva de depósito de lı́pidos, sino que interviene también activamente en la homeostasis de los lı́pidos y de la energı́a. La diferencia básica entre el TAE y otros tejidos adiposos viscerales es su mayor capacidad de liberar y captar los ácidos grasos libres y una menor tasa de utilización de la glucosa. La actividad de la acetil-CoA-carboxilasa y la lipoproteinlipasa es uniformemente menor en el TAE que en el tejido adiposo subcutáneo. La oxidación de ácidos grasos libres es el origen de alrededor de un 50–70% de la producción de energı́a del corazón. El TAE se considera un órgano endoparacrino que secreta adipocinas inflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa, la proteı́na quimiotáctica monocitaria 1, la interleucina 6, la interleucina 1b, el inhibidor del activador de plasminógeno 1, la resistina y muchas otras. El volumen de TAE se asocia a la calcificación coronaria, la ateroesclerosis avanzada, los factores de riesgo cardiovascular, la incidencia de infarto de miocardio y la gravedad de la enfermedad coronaria en la población general. Se ha descrito que el volumen de TAE es significativamente mayor en los pacientes con placas mixtas o no calcificadas que en los pacientes con placas calcificadas o sin placas, lo que respalda la hipótesis de que el TAE puede estar relacionado con los componentes de la placa inicial. La presencia de un ı́ndice de volumen de grasa epicárdica alto, determinado mediante tomografı́a computarizada, es un factor independiente de riesgo de futura aparición de placas coronarias no calcificadas, incluso tras introducir un ajuste por los factores de riesgo cardiovascular clásicos. Lu et al. señalaron que los volúmenes de TAE mayores se asocian a las placas de alto riesgo, pero que la menor atenuación del TAE no es un predictor independiente para las caracterı́sticas de placa de alto riesgo. En el estudio de Ladeiras-Lopes et al., se evaluó la asociación entre el cociente del tejido adiposo visceral respecto al tejido adiposo subcutáneo y la mortalidad por cualquier causa/eventos cardiacos y la correlación de los resultados con el TAE (tejido adiposo visceral/TAE, tejido adiposo subcutáneo/TAE) podrı́a ser beneficiosa, dada la estrecha relación existente entre el TAE y los eventos cardiacos.
               
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