La difusión de enfermedades es uno de los grandes problemas que, desde siempre, ha vivido la humanidad. La destrucción del equilibrio de un sistema cerrado (hombre-medio) en territorios que quedan… Click to show full abstract
La difusión de enfermedades es uno de los grandes problemas que, desde siempre, ha vivido la humanidad. La destrucción del equilibrio de un sistema cerrado (hombre-medio) en territorios que quedan expuestos a través de los movimientos poblacionales ocasiona un gran número de muertes. Por ejemplo, se estima que, con posterioridad a la llegada de Cristóbal Colón a América, entre 1493 y 1620 murieron aproximadamente 100 millones de indígenas a causa de diferentes epidemias. Existe un códice azteca que representa a la población muerta por la epidemia de viruela de 1538, que revela la trágica dimensión de la conquista. Del otro lado del océano, en Europa Central, la plaza de la Santísima Trinidad en Budapest recuerda las epidemias que azotaron a la población urbana europea a fines del siglo XVII y principios del XVIII, a través del monumento que conmemora su finalización. La plaza debe su nombre a la columna barroca construida en 1713 en memoria de las muertes en las epidemias de peste de 1691 y 1709. El libro de Leonhard Ludwig Finke, Versuch einer allgemeinen medicinisch-praktischen Geographie(1), publicado en 1792, es la primera obra en la que se define el campo de estudio denominado geografía médica y que, bajo el paradigma del determinismo, realiza un análisis de la topografía de las enfermedades. Este libro está considerado el inicio de esta rama geográfica. Con motivo de la epidemia de cólera de 1854, en el centro de Londres, que provocó 14.600 muertes, John Snow realizó un estudio cartográfico(2) que se considera un trabajo clásico de la epidemiología con un alto componente de la que sería denominada geografía aplicada. La superposición de mapas mostraba una incidencia del brote de cólera (distribución espacial y cantidad de casos) con epicentro en la bomba de agua de Broad Street. Sus observaciones apoyadas en la correspondencia espacial llevarían a retirar la bomba y que la epidemia disminuyera rápidamente hasta su desaparición. Un claro ejemplo de los mapas como herramienta para salvar vidas. Es a partir de allí que se relaciona el cólera con la pobreza, lo que genera un gran interés en los mapas sociales, con los cuales se vería la distribución socioespacial de la población en Christovam Barcellos1, Gustavo D. Buzai2, Paula Santana3
               
Click one of the above tabs to view related content.