En el sur de Tamaulipas, México, el cultivo de la soya [Glycine max (L.) Merrill] se practica en condiciones de temporal durante el ciclo primavera-verano desde hace 40 años. La… Click to show full abstract
En el sur de Tamaulipas, México, el cultivo de la soya [Glycine max (L.) Merrill] se practica en condiciones de temporal durante el ciclo primavera-verano desde hace 40 años. La superficie sembrada con soya ha variado entre 90 mil y 124 mil hectáreas en los últimos años, con rendimientos promedio que fluctúan de 0.82 a 1.80 t ha-1 (SIAP, 2018), lo cual depende del nivel tecnológico que aplican los productores y de las condiciones climatológicas prevalecientes durante el ciclo del cultivo. Los rendimientos de grano se ven limitados por la falta de humedad durante la etapa reproductiva de la soya y por la sensibilidad de las variedades al fotoperiodo corto, principalmente cuando la fecha de siembra se retrasa debido a deficiencias hídricas. Por lo anterior, el enfoque del mejoramiento genético de la soya en el trópico mexicano se centra en la generación de genotipos con 45 días a floración como mínimo, para no mermar el rendimiento, y que el periodo entre las etapas fenológicas R4 (vaina completa) y R7 (inicio de madurez fisiológica), según el perfil de Fehr y Caviness (1977), coincida con la época de mayor probabilidad de lluvias, sin dejar de considerar las características de alta productividad, baja sensibilidad al fotoperiodo corto, tolerancia a sequía, enfermedades foliares más comunes y contenido de proteína y aceite en la semilla.
               
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